Me refiero sobre todo a las relaciones sentimentales. Por qué debemos
dirigirnos con ese nombre para expresar nuestra convivencia. En realidad creo
que se debiera decir...Mi relación con una persona. Quizás nos dejamos llevar
por esa expresión como que deseáramos cargar todo el peso en una palabra de
corte abstracto, cuando en realidad, esas relaciones las construimos nosotros.
Al principio todo es maravilloso. Conoces a una persona y....lo primero que te
llama la atención es su físico, no nos engañemos,
luego....eso sí, depende del gusto de cada uno, que para gustos están los
colores. Más tarde, aparecen esas mariposillas que te hacen cosquillitas en el
estómago y que hace que tu imaginación, empiece a volar...y a volar, con sueños
maravillosos. Después, nace un deseo, ese deseo irrefrenable que hace que ya
empieces a necesitar a esa persona para compartir besos, caricias, y...diversos
juegos de alcoba. Más tarde y....con el paso de los meses, es cuando empiezas a
conocerte un poquito más. Esta fase es crucial para dilucidar a lo lejos si
quizás funcione o no. Aquí considero que si deseas verdaderamente que la
historia funcione, se tiene que aportar una buena dosis de...paciencia,
comprensión, confianza, comunicación, sinceridad y transparencia. Todo esto se
mete en una coctelera, se bate bien fuerte y con mucha alegría y....os aseguro
que hasta en ocasiones funciona. Por lo tanto...no caigamos en el
"topicazo" de....¡¡¡ bufffff!!! Es que....las Relaciones son " súper
complicadas", no son ellas, somos nosotros, individuos que las formamos y
hacemos crecer. Cuando resulta que en la coctelera no se han introducido esos
ingredientes en su medida exacta, es cuando el elixir del amor sabe... pelín
amargo y te entra una indigestión del 15. Pero en otras muchas ocasiones, sí
que se acierta y esto provoca una embriaguez perenne de amor. Asique... amig@s,
os deseo que empecéis a probar y a medir bien las cantidades de este elixir, ya
que se vivirá más y mucho mejor.
Besitos...