Podría estar hablando de un dolor de muelas, estómago o cualquier otro
dolor físico, pero...no me refiero a eso. Hablo del dolor del Corazón, ese que
está por dentro, muy profundo y que impide que las lágrimas recorran nuestras
mejillas, esas lágrimas que son incapaces de limpiar nuestra Alma. No queremos
tomar decisiones que nos hagan sentir así, pero cuando entra en juego nuestro
raciocinio, somos absolutamente conscientes de que hay que tomar una
determinación. Sería tan fácil hacerlo sin Amar, pero cuando no es así,
nos invade la tristeza, nuestro Alma sabe a hiel, nuestro corazón se cierra y
nuestro ánimo se marchita. Y...después sólo queda el vacío y la espera,
pero...y qué será de esas mariposas que se sintieron, ¿volveremos a creer en su
existencia? El amor está decorado de rosas, pero también tiene sus espinas.
Besitos...
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