Bailando al ritmo de la samba que se escuchaba en esos
momentos, hacía que en nuestros cuerpos subiera la temperatura. El sentir mis
pechos libres de ataduras hacía que se pegasen a la tela de la camiseta que
cubría esa parte de mi cuerpo. Me sentía
desnuda y la idea me encantaba pues era tanto el calor, que realmente hubiera
deseado estar así, sin nada encima, estaba disfrutando de esa noche de fiesta que
había organizado mi amiga kari.
Ella era la jefa de mi equipo de trabajo, asique nos
invitó a todas las chicas del grupo a pasar un rato a gusto en su casa, yo
seguía bailando al ritmo de esa música que me hacia mover cada vez de una
manera más sensual. El efecto del alcohol ya me estaba llenando los sentidos,
fue cuando decidí no beber ni un vaso mas, sino, quedaría completamente fuera de mí y aún deseaba
disfrutar más de esta noche de diversión y locura ,asique no tomé más que agua
mineral.
De repente levanto la vista y veo una figura que iluminaba
la sala, su porte me deslumbró, era increíblemente alta y eso que no se veía
que trajera tacones que aumentaran su estatura. Cabello negro, que con
ondulantes rizos enmarcaba un rostro moreno y adusto y sus ojos eran de un azul
espectacular.
¡¡¡ Dios!!! Unos labios que invitaban a ser devorados en
ese preciso momento, lo que anhelaba era comerme su boca.
Sus hombros desnudos hacían adivinar un torso musculoso
sin dejar de ser escultural y unas piernas que se extendían hasta perderse en
la inmensidad. Parecía una escultura misma, sus jeans dibujaban su piel, porque
parecía estar fundida en esa tela. Mi respiración
comenzó a agitarse más cuando al cambio de ritmo de la música se puso a bailar
convirtiéndose en el centro de atención de todo el grupo. Nos tenía embobadas, su
torneado y esbelto cuerpo nos tenía a todas con la boca abierta y sus movimientos
adquirían a cada segundo un sensual movimiento que mis sentidos consideraban
cada vez más obsceno, pero que todas, sin duda alguna, disfrutábamos cada vez
más y más.
Irradiaba magnetismo…
Fue acercándose lentamente hacia mí, en ese momento sentí
que mis piernas temblaban y suplicaba que no me fallaran sino, me desplomaría en media sala, su mano
apartó el pelo de mi frente y me invitó a la pista.
Asi bailamos pegadas sin dejar de mirarnos, nuestros
labios se buscaron, así nuestras manos empezaron a prodigarse en caricias, ya
la excitación estaba al límite.
De repente y sin mediar
palabra me encontré con ella en la habitación de al lado, no sé cómo llegué
allí pero estábamos en un sofá de lo más cómodo, sus manos acariciaban mi pecho,
empezó a sujetar entre sus dedos mis pezones que estaban ya como roca ardiente,
sus suaves movimientos hicieron que cada vez más el jugo de mi esencia se
dejara notar a través de mis piernas, que ya no respondían, ella pasó su mano
por debajo de mi blusa, yo no sabía que decir, solo sentía.
Fue en esos momentos cuando necesité apartarla de mí,
pues ya estaba casi sin aliento, en ese instante me miró a los ojos y se dio
cuenta de que solo necesitaba unos momentos para respirar y es cuando vio que
el deseo corría por mis venas, al igual
que el sudor que empapaba cada vez mas mi cuerpo. Por un momento todo tomo de
nuevo su matiz, no había público a nuestro alrededor, aunque en cualquier
momento éramos conscientes que podrían descubrirnos, que prestase atención a lo
que estaba sucediendo en ese momento, solo el fondo musical y nuestras
respiraciones eran lo único que se escuchaba, además de nuestros jadeos ¡ahha
ahh!
Cuando mas pegaba su cuerpo al mío el fluir de mi sexo
aumentaba su caudal, no aguantaría más en tener el más exquisito de mis
orgasmos y así fue. Solo bastó que ella hundiera dos dedos de su mano en mi
sexo para hacerme estallar en un orgasmo múltiple que me arrancó media vida.
Media vida que estaría igualmente gozosa de entregarle una vez más en una noche
de fiesta….
De pronto escuchamos pasos acercándose, estábamos desnudas,
- ¡¡¡dios mío, qué hacemos!!!, chssss, chssss, no te
muevas y sigamos besándonos, -dijo ella susurrándome al oído.
La verdad que estaba
tan encendida por el fuego de la pasión, que me importaba muy poco si nos
pillaban o no. Lo que deseaba era que me siguiera poseyendo.
Besitos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Son bienvenidas todas vuestras opiniones