Estoy montada en el AVE
a la espera de llegar a mi punto de origen. No me alcanza la pena porque
Sevilla sabe que soy su fiel amante y...tarde o temprano, volveré a sus brazos.
Como siempre, mis viajes al corazón del Guadalquivir, marcan un antes y un
después, bien por una circunstancia u otra. En esta ocasión las sorpresas han
sido en el plano de la amistad y...unas más gratas que otras.
Hubo...hostigamientos demenciales por parte de una antigua amistad, afortunadamente sacada de mi vida entonces y ahora
con la esperanza de que no vuelva a acecharme. Amistades de siempre...gratas y
acogedoras. Encuentros con otras y que hacía una década que no veía. Amistades
que han tenido como banda sonora las discusiones, afortunadamente, no llevadas
más allá entre dos amigas que se quieren y se dicen la verdad más sincera con
el único propósito de solucionar el desconsuelo de una de ellas. Conversaciones
telefónicas con otras amigas que aportaban el..."el mojo picón
canario" a ese momento tan agradable. Y...la sorpresa más sorprendente,
valga la redundancia, el...reencuentro, la recuperación y el haber ganado a
otra amiga muy valiosa y que me aporta la espiritualidad, que en estos momentos
necesito. Indiscutiblemente, Sevilla tiene...ese Duende que siempre me mostrará
que...." la vida tiene sorpresas, sorpresas te da la vida".
Besitos...
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