Me refiero a la que tiene que ver con la amistad y…con
el amor. Ésta última se torna mucho más dolorosa porque estás poniendo “toda la
carne en el asador" como se dice en términos coloquiales. Al principio
comienzas excusándol@, “no habrá podido ponerse en contacto conmigo porque
seguro que habrá estado ocupad@, le habrán entretenido…” Luego comienzas a
hacerte preguntas y a preocuparte, “¿qué habrá sucedido? ¿Le habrá pasado algo?
¿Por qué no me envía tan siquiera un mensaje? Entonces, comienzas a
“cabrearte”, ya no hay excusas, ni preguntas, sólo respuestas que tu mente ha
comenzado a tejer. “¡¡¡Claro, estará con otr@!!! Seguro que pasa de mí,
pero…¿por qué me está haciendo esto? Si soy tont@, no debería haber creído en
esta relación!!! Cuando se te pasa el estado de “cabreo” monumental y dejas de
llamar a aquel amig@ confidente que ha estado calmándote y buscando otras
respuestas totalmente diferentes a las tuyas. Cuando dejas de pasearte por el
pasillo de tu casa de arriba abajo, cuando ya te has bebido un litro de agua,
para conseguir calmarte…resulta que recibes la tan anhelada llamada para
decirte…¡¡¡Hola cariño!!! Te llamo desde el teléfono de una amiga, quería
decirte que…he perdido el móvil, que el coche me ha dejado tirad@ en medio de
la carretera y que estoy en el taller, tardaré aún un ratito en llegar, deseo
estar entre tus brazos. ¡¡¡Chao, te quiero!!! Entonces en ese momento tú
piensas…¡¡¡menos mal que no me ha dejado hablar!!!, porque hubiera cometido el
mayor error de mi vida. Ni todo es lo que parece, ni lo que pensamos o
imaginamos es cierto. En numerosísimas ocasiones nuestros ojos, oídos y
pensamientos, nos llevan a prejuzgar situaciones que nos llevarían a
convertirnos en el peor de nuestros enemigos. Esperemos, escuchemos, analicemos
y luego actuemos.
Besitos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Son bienvenidas todas vuestras opiniones