No me refiero a la fuerza física, sino....a esa fuerza interior que a
veces creemos haber perdido. Pero para sorprendernos de que la tenemos, antes
tenemos que navegar por aguas muy revueltas, pasar tormentas bruscas, tocar
fondo. En ocasiones, una palabra, una actuación generada por cualquier
coincidencia o hecho sin trascendencia nos hace sacar esa fuerza que creímos
haber perdido. Pero debo reconocer que sí está, está aunque la creamos
desaparecida pero es porque en numerosas ocasiones estamos obcecad@s y no vemos
más allá de nuestras narices. Lo que tenemos que hacer es ser menos exigentes y
confiar mucho más en nosotr@s mismos. Os aseguro que el resultado además de
sorprenderte es sumamente satisfactorio y agradecido. Os animo a que cada un@
de vosotr@s encontréis esa fuerza que tenéis.
Besitos...
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