¿Cómo
podríamos definirlo? Es el varón de la vanidad. Es poderoso, prepotente, nada
tolerante. Es un señorito rico que se pasea por nuestra moral con un descaro
insultante. Le encanta que le digan lo guapo que es...lo maravilloso...lo
perfecto...El Ego, es un varoncito que hay que controlar y "atar en
corto", se lo puede creer demasiado y convertirte en..."una auténtica
gilipollas". Cuánto más crece él, más nos empequeñecemos nosotras, y no
digamos cuando sale con su novia, ¡¡SÍ¡! Esa chica que se llama…Vanidad, ¡¡tal
para cual!! Ella, también es prepotente, coqueta, engreída. Claro, asique
cuando se une esta “parejita, ¡¡Sí!!
esa chica que se llama...Vanidad, ¡¡tal, para cual!! Ella, también es
prepotente, coqueta, engreída. Claro, asique cuando se une esta
"parejita" es un caso real de...S.O.S, y...tenemos que acudir al
recuerdo de lo que nos decía aquella viejecita que apenas se le hace casos,
llamada Humildad. La Humildad, es el perfecto cortafuegos, abogado de divorcio
de esta parejita y cuando ésta hace entrada en nuestra conciencia, nos miramos
al espejo y nos preguntamos...durante cuánto tiempo hemos estado haciendo
"el bobo". Menos mal que, la humildad, pisa fuerte y nos devuelve
nuestros "cabales" y la capacidad de decir..."Lo siento, me
comporté como una estúpida". Besitos... novia, ¡¡Sí!! esa chica que se
llama...Vanidad, ¡¡tal, para cual!! Ella, también es prepotente, coqueta,
engreída. Claro, asique cuando se une esta "parejita" es un caso real
de...S.O.S, y...tenemos que acudir al recuerdo de lo que nos decía aquella
viejecita que apenas se le hace casos, llamada Humildad. La Humildad, es el
perfecto cortafuegos, abogado de divorcio de esta parejita y cuando ésta hace
entrada en nuestra conciencia, nos miramos al espejo y nos preguntamos...durante
cuánto tiempo hemos estado haciendo "el bobo". Menos mal que, la
humildad, pisa fuerte y nos devuelve nuestros "cabales" y la
capacidad de decir..."Lo siento, me comporté como una estúpida".
Besitos” es un caso real de…S.O.S, y…tenemos que acudir al recuerdo de
lo que nos decía aquella viejecita que apenas se le hace caso, llamada
Humildad. Es el perfecto cortafuego, abogado de divorcio de esta parejita y
cuando ésta hace entrada en nuestra conciencia, nos miramos en el espejo y nos
preguntamos…durante cuánto tiempo hemos estado haciendo “el bobo”. Menos mal
que, la Humildad pisa fuerte y nos devuelve nuestros “cabales” y la capacidad
de decir…”Lo siento, me comporté como una estúpida”.

Besitos...
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