jueves, 5 de febrero de 2015

OTROS OJOS

En este momento estarás levantándote para ir a trabajar y los primeros ojos que verás serán los de Ella, esa mujer que me confesaste un día que no te hacía feliz y que, incluso, detestabas. Ese mismo día en el que me dijiste que deseabas estar conmigo siempre porque me querías. Pero un tiempo después, no mucho, me dí cuenta que una vez más me ilusioné con tus palabras, con tus promesas. Me dí cuenta que me dejé llevar por mi inocencia, por mi ilusión, ésta ilusión de que se cumpliesen mis sueños y estar junto a tí, como nos habíamos prometido. Promesas, promesas y más promesas que jamás cumpliste. A pesar de todo yo decidí creerte, yo soy la única culpable de este dolor, porque yo soy la única que decidí continuar en esa nube tan maravillosa que eras TÚ. Ahora, al recordar, en este momento todo, tu imagen, tus ojos, tu boca, tu risa, tu voz, me doy cuenta que me embriagué de tí, me emborraché de tu presencia, esa presencia que jamás besé, ni toqué, sólo te hacía el amor en la distancia, sólo te besaba en la distancia, sólo te miraba en la distancia. Jamás te tuve, pero eras mía, jamás te imaginé, pero te ví, jamás me pude creer que llegara a sentir esto por alguien que se volatilizaba en el tiempo, jamás creí que me fuera a costar tanto olvidarte. ¿Olvidar qué? me pregunto, si jamás te tuve, ¿olvidar qué? ¿un sueño, tal vez? Ahora tus besos al despertar se los darás a Ella, tus buenas noches se las dedicarás a Ella. Ahora no sé que soy ni seré en tu vida, tu silencio es la respuesta, una respuesta que intento descifrar. Sólo deseo que me recuerdes, que recuerdes cuando reías conmigo, que recuerdes tus estremecimientos con mis palabras, que recuerdes nuestras conversaciones, que recuerdes nuestros juegos. Fui nada y quizás lo fuera todo para tí, creo que nunca lo sabré porque no me hablas. Quizás sea mejor así, porque si me hablases en este momento, te robaría y te llevaría a mi mundo de magia y fantasía, a ese mundo que siempre te dije que te regaría, a ese mundo donde las hadas y los duendes serían tus siervos, a ese mundo donde el amor es un ideal y es de algodón, a ese mundo donde TÚ decidiste cambiarlo por una realidad no elegida, sino impuesta. Pero en ese mundo ya no hay más trenes para su destino y TÚ, llegaste tarde a la estación. Te esperé pero...ahora TÚ mirarás otros ojos, unos ojos que no son los míos. 


Besitos...

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