Mamá, hoy, como cada
domingo, vienes a visitarme a mi celda. Hoy, precisamente hace dos años que
estoy en prisión por haber coqueteado con ella, con la cocaína. Recuerdo cuando
comencé a consumir, todo empezó en una fiesta, me decían los amigos que así podía
durar toda la noche y que no me pasaría nada, porque ésto se podía controlar,
que nada más era en las noches de "juerga". Mamá, que estúpido fuí,
cuánto dolor te he causado, cuántas noches en "vela" has pasado por mí, cuántas palabras tuyas dejadas en mi
olvido, cuántas peleas, cuántos gritos. Me avergüenzo profundamente el haberte
robado para sacar dinero y seguir coqueteando con la droga. Mamá, no sabes lo
profundamente arrepentido que estoy por todo lo que te hecho, ¿cómo
recompesarte? Tú vienes y me das palabras de aliento, me dices que todo está
bien en casa, me enseñas las fotos de mis hijos y así puedo ver cómo van
creciendo y viviendo. Me dices que mi mujer ya ha rehecho su vida y que está al
lado de un hombre que la "ama y respeta" un hombre tranquilo,
trabajador, y que adora a mis hijos. Todo ésto me hace feliz, por lo menos los
pequeños tendrán a alguien en quien fijarse y tomar ejemplo. Mamá, lo que más
me apena es ver tus ojos, aunque disimules, su luz y brillo van desapareciendo,
se van apagando, por eso quiero decirte que he empezado a tomar clases en
prisión, estoy estudiando para demostrarte que no todo lo tienes perdido
conmigo, para demostrarte que ahora tus palabras ya no se quedarán en el
olvido, para demostrarte que la educación que me diste, te hará sentirte
orgullosa de mí. Mamá, quiero demostrarte, a tí y a todos, que me equivoqué,
que aprovecharé la lección que la vida me ha enseñado, aprovecharé cada
segundo, minuto y hora en ser un hombre de bien. Mamá, quiero que te sientas
más orgullosa de mí, si cabe, ahora que he tomado la decisión de resurgir como
el "Ave Fénix". Ya no quiero sentirte triste, quiero devolverte la
luz que un día tuvieron tus ojos, quiero hacerte recordar cómo se sonríe,
quiero devolverte la vida que un día te quité con mi actitud. Mamá, quiero
recompensarte devolviéndote al hijo, que un día creíste perder, pero no te
aflijas más, por tí y sólo por tí, estoy dispuesto a cambiar. Mis hijos ya
tienen un padre y una madre que sabrán educarles como se merecen, pero yo sólo
te tengo a tí Mamá.
Besitos...
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